Año 6 • No. 250 • diciembre 11 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Semana del historiador
Aún por contarse, la historia
de las mujeres veracruzanas
Gina Sotelo
Cual rompecabezas develado se publicó La historia de las mujeres en Veracruz
Pedazos de historias en el limbo de cajas mal cerradas fueron descubiertos y unidos en una especie de rompecabezas revelador sobre la historia de las mujeres en el estado de Veracruz. Ampliando su campo de mira, 12 autoras –y un hombre– han comenzado a rescribir la historia que hasta la fecha había sido escrita exclusivamente por varones.

Se trata del libro La historia de las mujeres en Veracruz, presentado en el Auditorio de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV) por dos de sus autoras, las investigadoras Fernanda Núñez y Rosa María Spinoza Arcohes, moderadas por María de los Ángeles Magaña, esto como parte de la Semana del historiador que organiza la Facultad de Historia.

La historia de las mujeres en Veracruz fue presentado por Fernanda Núñez y Rosa María Spinoza Arcohes, moderadas por María de los Ángeles Magaña.

“Lo escribimos porque la Historia –con H mayúscula– había sido escrita en masculino. Se había registrado lo visto por los hombres, sus hazañas y grandes proezas dignas de ser contadas como la gesta de la nación, la consolidación del Estado. Otros temas fueron omitidos o silenciados como un filtro de discriminación masculino”, explicaron las autoras.

Según las presentadoras, esta historia niega o disminuye la existencia femenina, pues no se registraron ni sus dichos ni sus escritos; sus palabras no pasaron a la posteridad y ellas fueron calificadas como peligrosas, excesivas, indecentes.
“Por suerte esa forma de hacer la historia derivó en una lucha de las mujeres que se tornó en una franca lucha entre ambos sexos. Así, se formularon nuevas preguntas y descubrimientos”, aseguraron.

Las feministas fueron las primeras en mostrar las diferencias que se habían dado entre hombres y mujeres, asimetrías sexuales por cuestión de género. El feminismo señaló que las diferencias biológicas eran la causa de la discriminación y el sometimiento de unos sobre los otros.

“Lo que guardaban los archivos eran las palabras de los inquisidores, los sacerdotes, los abogados, los amos, los esposos, los médicos, en una palabra, los hombres, elite de una época que decidían qué documentos guardar y cuáles reproducir”.

Para crear y estructurar el libro, ambas investigadoras hicieron un llamado abierto a quienes desearan participar en la coautoría de este texto, recibiendo trece artículos que comprenden desde el siglo XVII al XX: “Así como la historia es una interpretación posible de los hechos del pasado, la historia es subjetiva y estos textos son una mirada muy nuestra”, destacaron.

Algunos de los artículos que conforman el libro son el de Mayabel Ranero, que versa sobre la sífilis o el llamado “mal de mujeres”; o el de Adriana Gil y Úrsula Cambas acerca de la inquisición y las mujeres porteñas del siglo XVIII, así como las ideas, prejuicios y supuestos detrás de las mujeres negras.

Adriana Naveda da información notarial y estudia a las esclavas que compraron su libertad e incluso a otros esclavos para demostrar su bonanza; Victoria Chenaut escribe sobre mujeres y sus desventajas; Celia del Palacio describe a las mujeres en la prensa y a las lectoras de periódicos, mientras que Esther Hernández Palacios toca el tema de las mujeres en la literatura, tres casos específicos.

Además, se abordan a profundidad aspectos como la educación de las mujeres, honor femenino –que era más preciado que la vida misma– y vida y obra de mujeres maltratadas, seducidas, embarazadas, enfermas o abandonadas.

La historia de las mujeres en Veracruz sumó los esfuerzos de investigadores del CIESAS, el Instituto Veracruzano de Cultura (IVEC), la Universidad de Guadalajara, el Colegio de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la UV, entre otros.