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Monitoreo
de drogas terapéuticas,
opción laboral poco conocida
David Sandoval |
La
parte farmacológica del tratamiento requiere de este tipo de
servicios especializados, asegura Abraham Soto, catedrático
de QFB |
Una
posibilidad real de empleo para los estudiantes de la Facultad de
Química Farmacéutica Biológica (QFB) es realizar
el monitoreo de drogas terapéuticas, tarea considerada como
parte de su formación, aseguró el académico Abraham
Soto Cid en su conferencia presentada en las jornadas estudiantiles
de la misma facultad de la Universidad Veracruzana (UV).
No obstante, reconoció que es una labor poco valorada, como
otras tantas carencias de los servicios farmacéuticos; planteó
que se debe comenzar por la legislación en la materia, que
no distingue claramente la labor que realiza un químico farmacobiólogo
de un farmacéutico, y puso como ejemplo el caso de las farmacias
donde ambos pueden cumplir las funciones de responsables, demeritando
su labor y formación académica.
“Cuando llega el paciente con el médico va en búsqueda
de una cura y el tratamiento que recibe el paciente es terapéutico;
éste, a su vez, se divide en dos partes: una parte farmacológica
y otra no farmacológica; en esta primera parte el monitoreo
ayuda en la administración de distintos fármacos cuando
los pacientes así lo requieran”, sostuvo.
Señaló que el objetivo básico del monitoreo es
auxiliar en el tratamiento de padecimientos en los cuales el médico
prescribe varias drogas terapéuticas y se establecen ocho requisitos
esenciales que abarcan las características del medicamento,
entre otras.
Enumeró a continuación estos requisitos: el primero
es conocer las propiedades del medicamento; luego, las características
del paciente: considerar si el índice terapéutico del
medicamento es óptimo para su aplicación, si la respuesta
clínica es difícil de medir, como también si
el medicamento se usa con fines profilácticos, es decir, cuando
se prescribe con fines de evitar el brote de enfermedades.
Advirtió que el monitoreo de medicamentos es básico
para los recién nacidos y los ancianos, ya que sus niveles
de moléculas se alejan del promedio e incluso de las concentraciones
recomendadas por los laboratorios. También mencionó
a un tercer grupo de pacientes –que es quizá donde más
precisión se requiere–, como son las embarazadas.
En el código de ética, señaló, se prohíbe
incluso administrar medicamentos a este grupo, ya que no se realizan
pruebas de laboratorio en estas pacientes. No obstante, hay casos
como las epilépticas o las diabéticas en los que no
puede suspenderse su tratamiento. “Es aquí donde el químico
farmacobiólogo tiene la posibilidad de realizar monitoreo terapéutico
como una posibilidad de empleo”, concluyó. |
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