Año 6 • No. 250 • diciembre 11 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Monitoreo de drogas terapéuticas,
opción laboral poco conocida
David Sandoval
La parte farmacológica del tratamiento requiere de este tipo de servicios especializados, asegura Abraham Soto, catedrático de QFB
Una posibilidad real de empleo para los estudiantes de la Facultad de Química Farmacéutica Biológica (QFB) es realizar el monitoreo de drogas terapéuticas, tarea considerada como parte de su formación, aseguró el académico Abraham Soto Cid en su conferencia presentada en las jornadas estudiantiles de la misma facultad de la Universidad Veracruzana (UV).

No obstante, reconoció que es una labor poco valorada, como otras tantas carencias de los servicios farmacéuticos; planteó que se debe comenzar por la legislación en la materia, que no distingue claramente la labor que realiza un químico farmacobiólogo de un farmacéutico, y puso como ejemplo el caso de las farmacias donde ambos pueden cumplir las funciones de responsables, demeritando su labor y formación académica.

“Cuando llega el paciente con el médico va en búsqueda de una cura y el tratamiento que recibe el paciente es terapéutico; éste, a su vez, se divide en dos partes: una parte farmacológica y otra no farmacológica; en esta primera parte el monitoreo ayuda en la administración de distintos fármacos cuando los pacientes así lo requieran”, sostuvo.

Señaló que el objetivo básico del monitoreo es auxiliar en el tratamiento de padecimientos en los cuales el médico prescribe varias drogas terapéuticas y se establecen ocho requisitos esenciales que abarcan las características del medicamento, entre otras.

Enumeró a continuación estos requisitos: el primero es conocer las propiedades del medicamento; luego, las características del paciente: considerar si el índice terapéutico del medicamento es óptimo para su aplicación, si la respuesta clínica es difícil de medir, como también si el medicamento se usa con fines profilácticos, es decir, cuando se prescribe con fines de evitar el brote de enfermedades.

Advirtió que el monitoreo de medicamentos es básico para los recién nacidos y los ancianos, ya que sus niveles de moléculas se alejan del promedio e incluso de las concentraciones recomendadas por los laboratorios. También mencionó a un tercer grupo de pacientes –que es quizá donde más precisión se requiere–, como son las embarazadas.

En el código de ética, señaló, se prohíbe incluso administrar medicamentos a este grupo, ya que no se realizan pruebas de laboratorio en estas pacientes. No obstante, hay casos como las epilépticas o las diabéticas en los que no puede suspenderse su tratamiento. “Es aquí donde el químico farmacobiólogo tiene la posibilidad de realizar monitoreo terapéutico como una posibilidad de empleo”, concluyó.