Año 8 • No. 314 • Junio 16 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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  Afirma economista
No benefició la Reforma Agraria
a la producción agrícola
David Sandoval
Arturo Bocardo, catedrático de Economía UV, señaló que la reforma agraria ha sido un fenómeno trascendental en la historia de México
La reforma agraria no ha tenido un solo impacto en términos de la producción agrícola, aseveró Arturo Bocardo Valle, académico de la Facultad de Economía, ante los asistentes al cuarto evento “Mexicomercio 2008: agronegocios y los mercados internacionales”.


Arturo Bocardo, economista de la UV, afirmó que la reforma ejidal no ha beneficiado a los campesinos
En su conferencia, titulada “La reforma agraria y sus efectos en la producción agrícola”, Bocardo Valle abordó la problemática ejidal de México y sostuvo que la reforma agraria ha sido un fenómeno trascendental en la historia de México que es estudiado por investigadores de otros países, ya que presenta particularidades en cuanto al reparto de tierras y cómo han sido administradas por sus propietarios.

Desde la época de la Colonia, la propiedad de la tierra ha sido una lucha constante que tuvo en la guerra de Independencia de 1810 una posibilidad de un reparto equitativo para los mexicanos que no la poseían y sólo la trabajaban para otros, apuntó el economista.
Es hasta el gobierno de Benito Juárez, en 1855, que se impulsa una ley para expropiar tierras y bienes a la Iglesia Católica, que administraba considerables extensiones de tierra, comparado únicamente con los grandes latifundistas de la época, esta iniciativa quedaría plasmada en el Artículo 27 de la Constitución de 1857.

No obstante, a pesar de la vigencia de la Constitución, antes de 1910 el 95 por ciento de la tierra era poseída por el uno por ciento de la población en latifundios y grandes haciendas, este acaparamiento será una de las causas de la Revolución Mexicana.

Ya para 1922 se instituye la figura del ejido que buscaba una repartición más justa con títulos de propiedad otorgados a los campesinos por el gobierno para trabajar la tierra de manera comunal, precisó Arturo Bocardo.

De 1935 a 1938 comienza la reforma agraria y es hasta 1992, durante el gobierno de Salinas de Gortari, que se modifica el Artículo 27 de la Constitución, considerado como “sagrado e inamovible”, permitiendo a los campesinos vender sus ejidos, lo que algunos denominaron como la “privatización” de éstos, añadió el ponente.

Así, llegamos a la época actual “en la que podemos decir que la reforma ejidal fracasó y nos trajo cambios que no esperábamos: movernos del campo a la ciudad”, afirmó Bocardo Valle, ya que muchos de los terrenos vendidos han cambiado su uso de suelo y los campesinos se han quedado sin tierras para sembrar, concluyó.