Año 8 • No. 319 • Julio 21 de 2008 Xalapa • Veracruz • México
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Egresado de Biología gana Premio Nacional de Tesis de Licenciatura
Juan Carlos Plata
El trabajo, que consistió en el diseño del paso clave para el protocolo de congelación de embriones de catarina en nitrógeno líquido, fue realizado en el baño de su casa
Con una investigación en la que se diseñó el paso clave del protocolo para la conservación en nitrógeno líquido de una especie de catarina –utilizada para control de plagas–, Domingo Sánchez Juárez, egresado de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Tesis de Licenciatura, organizado por la Sociedad Mexicana de Entomología.

Domingo Sánchez Juárez, ganador del Concurso Nacional de Tesis de Licenciatura, organizado por la Sociedad Mexicana de Entomología

“Muchos de los trabajos anteriores no consideraban la respiración del embrión y los incubaban dentro de aceite mineral o sustancias fisiológicas, que impedían el paso de oxígeno y sólo podrían sobrevivir los embriones más desarrollados, por lo que diseñamos una incubación en la que el embrión no se deshidratara y pudiera respirar y se incubó en una cámara húmeda, con éxito mayor”, sostuvo el universitario.

El protocolo diseñado por Sánchez Juárez puede ser utilizado en otros insectos, lo que resulta de gran utilidad –incluso económica– porque en nitrógeno líquido todos los procesos vitales se detienen y pueden almacenarse los embriones por muchísimos años y sería muy útil en cultivo masivo, pues ayuda a minimizar los gastos de mantenimiento, alimentación y almacenamiento.
El proceso consiste en remover una capa grasosa formada por lípidos –conocida como corion, que retiene el agua del embrión y es lo que se conoce como cascarón– y la capa sedosa del vitelio con un lavado con agua y cloro, luego se remueven los restos de cloro con un enjuague de agua; se pasa por un baño de isopropanol para remover el agua, y una vez seco y limpio, se le aplica al embrión por unos segundos un solvente no polar –en este caso hexano para solubilizar las sales.

Luego de esto, los embriones se constriñen, señal de que han sido deshidratados; se recuperan con un baño de agua purificada y se colocan en una cámara húmeda, que en este caso fue un frasco con cerradura hermética en el que se colocó algodón humedecido con agua, se dejó que el volumen de aire se saturara de agua y se colocó una canastilla para los huevos.

“La canastilla es útil porque mantiene a los embriones alejados de la superficie húmeda, porque de lo contrario los huevos –por ósmosis– absorberían agua, se hincharían y reventarían. El aire húmedo de la cámara evita que el huevo se deshidrate y permite que pueda respirar”, sostuvo.

Sánchez Juárez explicó que es necesario mantener la temperatura constante porque un cambio brusco de temperatura hace que los embriones transpiren y forma una película de agua sobre él, lo que impide que respire.

Los huevos de esta catarina –a una temperatura de 20 grados– tardan en nacer entre 115 y 120 horas. Los huevos expuestos a este tratamiento que tuvieron mayor sobrevivencia eran los tratados entre 96 y 108 horas, “también usamos huevos de 24 y 48 horas que también tuvieron sobrevivencia pero dependían mucho de tener una temperatura constante”.

El biólogo explicó que con nitrógeno líquido se alcanza una temperatura de menos 196 grados centígrados, con lo que todos los procesos vitales se detienen.
Para descongelar los huevos, sólo se sacan del contenedor, se pasan a un baño de agua a temperatura ambiente, se observa que los embriones recuperen su forma y se incuban en una cámara húmeda para que terminen su desarrollo.