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En
homenaje a Emilio Carballido
En la RAC, Instalaciones
de Marta Palau
Gina Sotelo |
“Emilio
Carballido fue el amigo más cercano en mi vida. Mantuvimos
un diálogo de muchos años ante cada puesta en escena,
ante cada instalación. Emilio escribió numerosos textos
sobre mi proceso de creación y bautizó a las instalaciones
como escenas congeladas de teatro. Cada vez que llegaba a la casa
quería ver de inmediato como avanzaba el proyecto. Siempre
lanzaba sus famosas exclamaciones ‘wow’, ‘plus super
plus’, ‘fina Palaucita”.
Es una remembranza de la artista plástica Marta Palau a propósito
de su visita a Xalapa para presentar sus Instalaciones. Homenaje a
Emilio Carballido. La exposición se encuentra en la Galería
Universitaria Ramón Alva de la Canal (RAC).
“Son instalaciones que le gustaban mucho a Emilio, especialmente
las Kachinas, inspiradas en el arte de los indios Hopi de Arizona”,
dice Palau, quien llegó a México siendo aún una
niña proveniente de Lleida, España. A la fecha, su obra
orgánica ha gozado de un desarrollo constante. Son sus piezas
una sutil fusión entre lo místico, lo chamánico,
lo ritual.
Textiles, dibujos, esculturas, cerámica o grabados, las obra
de Palau evoca la tribu mientras da testimonio de sus viajes, sueños,
deseos y creencias que comparte con quien observa. Fuera de los viejos
cánones estéticos, Palau crea sin ortodoxias ni cortapisas.
Supera las barreras de la forma y el espacio y crea piezas únicas,
lejos de modas y dictados del mercado.
Sobre Carballido dice: “Emilio me contaba que la evolución
de sus obras eran siempre un misterio para él; a medida que
escribía en sus inmensas libretas de contabilidad, aparecían
las escenas como si fueran dictadas por algún ser que en ocasiones
resolvía el planteamiento completo de la obra, pero también
lo perseguía durante años y lo hacía reflexionar
y escribir largos e inolvidables parlamentos. Magia, puro pensamiento
mágico”.
Para el homenaje, Leonardo Ramírez, curador de la exposición,
sugirió que el mismo Emilio Carballido hablara, por lo que
se eligieron fragmentos del texto Estos caminos, escrita en 1985 para
la exposición Mis caminos son terrestres que se exhibió
en la Sala Nacional del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México:
“A través de los materiales Marta llega a imágenes
potentísimas, llena el espacio con una solemne evocación
que no tiene definición posible más que en sí
misma; y es una definición de México, de la cual, brotan
rasgos de travesura y humor, hay mezclados los elementos discordantes
de toda nuestra vida y nuestra historia, de los extremos que se tocan
en una armonía que el análisis no explicará nunca
porque es de algún modo milagrosa”.
En Instalaciones se aprecian piezas como Naualli centinelas elaborada
a base de adobe, madera, papel amatl y pintura; Naualli mano poderosa,
ramas de árbol, fibra de tule tejida, papel amatl y barro negro;
Escalera de Naualli, instalación hecha con madera, adobe y
henequén.
Destaca Cuatro atados de trece, instalación hecha con cuatro
ayates de henequén y 52 cráneos, 13 en cada atado. La
pieza se basa en el calendario Maya en que dividían el año
en cuatro atados de 13 años cada uno, lo que indicaba una era.
Esta obra es una denuncia sobre una era de las muertas de Ciudad Juárez.
Marta Palau llegó a México muy pequeña, con experiencias
traumáticas, ya que sufrió a los cuatro años
los terribles escenarios de la Guerra Civil Española.
Cuando las sirenas anunciaban las cercanías de aviones, Marta
debía mantenerse bocabajo sobre el piso del patio de su casa
y utilizaba un trocito de madera apretado entre los dientes, pues
según le decían, impedía que el estruendo dañara
sus oídos, pero quizá sólo servía para
aliviar la ansiedad y el temor transmitidos por los adultos. |
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