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Dos encuentros de enorme trascendencia se llevaron a efecto el pasado
fin de semana en territorio veracruzano. Inicialmente, el Primer
encuentro estatal de las culturas veracruzanas, definido como "un
espacio de expresión, intercambio y difusión de la
diversidad cultural en sus manifestaciones tradicionales, populares
y contemporáneas", que dio inicio el viernes 30 y concluyó
el domingo 2 de diciembre. El siguiente fue el Encuentro nacional
de niños soneros, con la participación de una veintena
de conjuntos intérpretes de música tradicional, también
iniciado en viernes 30.
El
primero ha tenido como sedes el Teatro Reforma, la Casa de Atarazanas
y las calles mismas de la ciudad de Veracruz, con la participación
de representantes procedentes de medio centenar de municipios y
muestras que fueron de lo más diversas, desde gastronomía
hasta laudería y artes plásticas.
Es
de destacarse, por lo que toca al Encuentro de niños soneros,
que convocó a grupos musicales de etnias indígenas
como popolucas, zoques, totonacos y huastecos, conoció con
ésta su cuarta edición. De las anteriores surgieron
grupos de enorme celebridad actual, como Los cojolites y Cultivadores
del son. La intención es motivar el intercambio de experiencias
artísticas entre los jóvenes intérpretes, particularmente
quienes tienen de siete a 15 años de edad, y complementar
las acciones de diversas organizaciones culturales que tienen la
elogiable intención de "fomentar y rescatar la actividad
sonera" en las regiones indígenas de Veracruz. Este
encuentro de niños músicos se efectuó en la
zona de Los Tuxtlas, y se espera que sus resultados contribuyan
decididamente a mantener vigentes las tradiciones musicales propias
de esta entidad.
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