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Paralelo al desgraciado destino deparado al cuerpo de tentación
de Otilia Rauda, se encuentra la buena fortuna que ha favorecido
tanto a la novela homónima del veracruzano Sergio Galindo,
como la que actualmente está teniendo su versión cinematográfica,
la cual, pocos días antes de su estreno masivo, ya recibió
varios de los principales galardones dedicados al arte fílmico
en el mundo.
Y
es que Otilia Rauda nació con una excelente estrella, cuya
luz no deja de sorprendernos: significa, en principio, la culminación
narrativa de Sergio Galindo (1926-1993); por esta, su autor ganó
en 1986 el Premio "Xavier Villaurrutia"; constituye una
de las obras más leídas de este escritor -fundador
de la Editorial de la Universidad Veracruzana- y a su vez, cuando
en el año 2000 se presentó en el Sundance/NHK Filmmakers
Awards la adaptación para el celuloide de esta obra maestra,
Jorge Goldenberg y Dana Rotberg, autores del guión, resultaron
ganadores en este importante festival de cine alternativo en el
que se presentan proyectos fílmicos de Asia, América
y Europa.
Pero
esta historia no termina en eso... Por lo pronto, el Grand Prix
L'Unicorne d'Or del Festival de Cine de Amiens, Francia, fue para
la película Otilia Rauda, dirigida por Dana Rotberg y coproducida
por Alameda y Altavista Films, el Fondo de Fomento a la Calidad
Cinematográfica, el Gobierno del Estado de Veracruz y la
Universidad Veracruzana. Con una especificación multinacional,
el premio consiste en 50 mil francos, además de apoyo para
la distribución del filme en Francia, que compitió
en la categoría de largometraje de ficción junto con
producciones de España, Argentina, Estados Unidos, Reino
Unido y el país anfitrión. El premio de Amiens se
suma al Colón de Plata que en el Festival de Cine Iberoamericano
de Huelva se le concediera como Mejor Actriz a la protagonista del
filme: la veracruzana de origen cubano Gabriela Canudas, quien cursó
estudios en la Facultad de Teatro de la UV.
Y
en lo que respecta a la obra literaria, podríamos decir que
simplemente ha regresado este año por sus fueros, puesto
que en 2001, la Universidad Veracruzana ha reeditado la novela póstuma
de Sergio Galindo, que tuvo en 1986 una primera edición en
Grijalbo, hoy totalmente agotada. Otilia Rauda destaca dentro de
la novelística mexicana por su sencillez, la nota característica
de los textos clásicos; simultáneamente nos presenta
una heroína ambivalente, poseedora de una retadora valentía
varonil y una sensualidad muy femenina a la vez, una mujer colocada
muy por encima de las normas y la respetabilidad de la conservadora
sociedad que le tocó vivir, un paradigmático pueblo
provinciano lleno de envidia y mojigatería enmarcado en la
decadencia de la dictadura.
Por
supuesto que la obra de Galindo tiene su cimiento en una trayectoria
amplia como narrador, de hecho, su ciclo narrativo lo inició
en 1951 con La máquina vacía, su primer libro de cuentos,
del que, por cierto, escribió un ensayo el crítico
Mario Muñoz, investigador de la UV, y que acaba de ponerse
en circulación en estos días bajo el sello de la Editora
de Gobierno del Estado. Pero para los no familiarizados, Otilia
Rauda es un buen comienzo para asomarse al universo galindeano,
que no sólo es la configuración de un núcleo
social bastante identificable como lo es la clase media y sus sagas
familiares, con su estela de traumas, empeños, prejuicios
y mezquindades, sino un vasto sistema narrativo compuesto por nueve
novelas y cuatro volúmenes de cuentos, entre ellos: El bordo,
Polvos de arroz y La justicia de enero, entre otras obras que dan
cuenta de la existencia de seres marginales, ajenos a la felicidad
amorosa y que viven en lugares sórdidos y a la vez picarescos,
como los poblados de las llanuras del valle de Perote.
A
la par de la reedición de la novela, la Universidad Veracruzana
editó el guión de la película dirigida por
Dana Rotberg y producida por Alfredo Ripstein en su colección
de gran formato, donde se hace una especie de making off del rodaje,
combinando el punto de vista literario a través del prólogo
de Luis Arturo Ramos con la fotografía de Ivonne Deschamps,
Federico García y Manuel González. Todo ello en una
presentación de lujo, con la garantía de calidad y
belleza que a sus trabajos le imprimen David Maawad y Alberto Tovalín.
Ambas obras, la novela y el
guión cinematográfico fueron ya dados a conocer recientemente
en Culiacán, Sinaloa, sede de la III Feria Nacional del Libro
del Noroeste y se tiene programado hacer lo mismo durante la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Pero a fines de año
crece la expectación por el próximo estreno de Otilia
Rauda, más aún cuando todo parece indicar que los
premios internacionales que ya ha recibido son el inicio de una
catarata de merecidos reconocimientos para esta producción.
La
participación universitaria en el filme se realizó
de varias formas, desde un convenio de colaboración entre
la Fundación de la Universidad Veracruzana con Alfredo Ripstein
y su empresa, Alameda Films, así como a través de
la intervención del talento actoral, tanto de integrantes
de la Compañía y de la Facultad de Teatro de la UV,
además de bailarines y personal de fotografía, al
igual que en la propuesta de locaciones para la filmación
en las cercanías de Perote (en el agreste paisaje de Cerro
de León, San Agustín y Villa Aldama), a los que se
agregaron escenas en sitios de Xalapa y el Distrito Federal.
Otro
aspecto importante es que durante la filmación de Otilia
Rauda, en los pueblos cercanos a Perote se generó una derrama
económica digna de destacarse, en torno a la producción
se crearon más de 500 empleos directos para la gente de la
región, independientemente de que se contrataron a 150 extras
para la película.
Si
bien la película tiene sus deudas, con su origen narrativo
conlleva sus propios planteamientos, lo que Dana Rotberg, directora
de Intimidad y Ángel de fuego, recupera en su adaptación
es la terquedad de Otilia, su defensa por su derecho a la pasión,
al amor a pesar de todo: "Es más su dimensión
romántica, muchísimo más que la sexual, la
que a mi me seduce, la que me entusiasma y me enamora".
Por
otra parte, toda la producción se encuentra arropada de un
excelente equipo, comenzando por el reparto encabezado por Álvaro
Guerrero, en el papel de Isidro, el marido impuesto por la autoridad
paterna y que le arruina la vida a Otilia, interpretada por Gabriela
Canudas; Alberto Estrella, como Melquíades, el eterno enamorado
de esta mujer y monstruo, como la poseedora de ese cuerpo cuyas
formas voluptuosas perturban a todo el pueblo y por el defecto de
su rostro invadido por ese gigantesco lunar, como una suerte de
mancha moral, el segundo por su condición de retrasado su
desbordante virilidad; Carlos Torrestorija como Rubén Lazcano,
el amor de Otilia, pero signado por la venganza y el asesinato,
acompañados por las primeras actrices Ana Ofelia Murguía
y Julieta Egurrola.
Además del soporte en maquillaje, vestuario y diseño
de arte a cargo de talentos que han participado en películas
como Before night falls, Romeo y Julieta (la versión de Luthermann),
La ley de herodes, Todo el poder, Un embrujo, entre otras notables
producciones.
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