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Boca del Río, Ver.- En los últimos años, la
estadística ha saltado a la palestra pública y es
una de las figuras estelares en los medios, sobre todo por su aplicación
en los estudios de opinión como encuestas de salida, conteos
rápidos y tendencias electorales.
Encuestas
electorales en el 2001 fue el tema de la segunda mesa redonda del
XIII Congreso Nacional de Estudios Electorales, donde se dieron
cita expositores del IFE, la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales
e investigadores de la UV, anfitriona del evento.
Dentro
de la mesa en que intervinieron Edmundo Berumen, Alejandro Cruz,
Israel Cruz y Ricardo de la Peña, representantes de empresas
como Berumen y Asociados, Arcop y DGC, dedicadas a los estudios
de opinión y pronósticos electorales, se mencionó
que la investigación vinculada con el manejo de encuestas
no es nueva; lo novedoso es que se hagan públicos los resultados,
antes restringidos a una elite contratante de tales servicios.
A
criterio de Edmundo Berumen, la difusión de los estudios
estadísticos ha traído varios beneficios que redundan
en una mayor calidad en el padrón electoral, ya que, tras
las auditorías técnicas realizadas, ha salido una
lista nominal mucho más confiable.
A
pesar de lo que muchos suponen -dijo-, la publicación de
tendencias electorales no manipula la intención de los votantes,
sino reafirma el sentido del sufragio. Además, es escaso
el número de ciudadanos que pone atención a un programa
televisivo o radial de discusión política y lee frecuentemente
las editoriales de los periódicos y revistas, canales que
suelen publicar encuestas, motivo que se agregaría a su escasa
penetración en la ciudadanía en general, aunque no
sucede lo mismo con los partidos, autoridades y actores directamente
implicados en la contienda.
Israel Cruz presentó un estudio sobre si, en el 2001, hubiese
un voto diferente con respecto al año anterior. Lo que se
detectó fue un comportamiento electoral muy similar, pues
las personas que suelen votar con mayor frecuencia son las que sólo
cuentan con instrucción primaria (aunque hay que aclarar
que ellas conforman la mayoría de la población), mientras
que las de mayor escolaridad no suelen ejercer este derecho. También
es notable una fuerte dependencia del voto hacia el PAN aparejado
de la aprobación del ejercicio presidencial por parte de
Vicente Fox.
Adicionalmente,
cuando se compara la distribución del voto por localidades
urbanas y no urbanas, se detecta una mayor concentración
de las preferencias hacia el PAN en las comunidades urbanas y un
desarraigo en las no urbanas, lo cual podría ser un factor
de debilidad para este partido en las elecciones del 2003.
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