Producir semillas de papa de mejor calidad mediante el uso de vitroplantas
libres de virus y otros fitopatógenos forma parte de un proyecto
en el que se encuentra inmerso Rafael Orozco, investigador de la
Universidad Nacional de Costa Rica (UNCR), cuyo objetivo es mejorar
la producción de este tubérculo que constituye una
importante fuente de ingresos para el sector agrícola de
su país.
De
visita en nuestra universidad como resultado del Programa Mesoamericano
de Intercambio Académico ANUIESCSUCA, Rafael Orozco explicó
que su trabajo de investigación se centra en la producción
de semillas sanas a través de la técnica de cultivo
de tejidos vegetales, una herramienta biotecnológica que
ha dado excelentes resultados y podría ser la solución
a los problemas de producción de muchos agricultores.
Este
trabajo forma parte de un proyecto nacional que desarrollan las
cuatro más importantes universidades públicas de Costa
Rica -entre ellas la UNCR, a la que pertenece Rafael Orozco- con
financiamiento de los Países Bajos. "La primera parte
de este trabajo consistió en realizar un estudio de mercado
a fin de demostrar que era necesario, además de rentable,
producir semilla de papa, y ahora nos encontramos en la segunda
etapa, que es la transferencia de tecnología".
A
partir del concepto de totipotencia celular (capacidad que tienen
las células de regenerar un organismo completo), el académico
busca, a través del cultivo de tejidos, la multiplicación
de plantas desde una original que tenga las cualidades necesarias
para sobrevivir y reproducirse en el campo. "Podemos obtener
un gran número de plantas a partir de una célula,
un meristema, una yema, una hoja, la sección de una flor
o la punta de raíz, pues ahí encontramos la información
genética necesaria".
Elegida
entre otros productos por considerarse un cultivo modelo que responde
muy bien a diversas condiciones de tratamiento y constituir un alimento
muy importante, la papa tiene una relevancia especial sobre otros
vegetales en Costa Rica, "porque tenemos una gran presión
de mercados internacionales que quieren invadir nuestro comercio
de papa y pensamos que la mejor solución es disminuir la
brecha tecnológica que tiene nuestra agricultura, a fin de
ser más competitivos".
El
agricultor de hoy, opinó Rafael Orozco, tiene que apostarle
al conocimiento para frenar la entrada de papa extranjera a Costa
Rica. "Estamos tratando de proteger el mercado fresco de la
papa para que no sea totalmente capturado por las empresas transnacionales,
pero necesitamos dar a nuestros agricultores condiciones tecnológicas".
El
investigador reconoció que la adopción de tecnologías
implica una inversión muy fuerte, pues implica no sólo
el costo de montar un laboratorio y mantenerlo, sino también
de contar con un invernadero para la prueba de producción
de semillas y luego su traslado al campo: "Lo ideal para lograr
que el proceso sea exitoso es que los agricultores puedan cerrar
este círculo, contando con esos tres elementos para que su
producción esté asegurada".
En
México, añade, esto ya se hace con éxito y
en Costa Rica se está trabajando muy duro para que esta forma
de producción se extienda cada vez más. "Confiamos
en que nuestra empresa será exitosa, pues el agricultor productor
de semillas, por lo general, es próspero".
Esta
primera visita, en la que, además, Rafael Orozco tuvo oportunidad
de trabajar con estudiantes de la Facultad de Estadística
e Informática para procesar los resultados de una investigación
que realizó durante la primera semana de su estancia en Xalapa,
servirá para fortalecer la vinculación entre esta
casa de estudios y la UNCR, con quien ya se está planeando
ofrecer la maestría en Agricultura Ecológica.
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