Los rostros ficcionales del
Che Guevara
Cecilia López Badano
Cecilia López Badano recibió el Diploma de Honor en
Letras en Buenos Aires. Fue docente en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA y se doctoró en la University
of Oregon (USA). Actualmente es docente e investigadora
en la Facultad de Letras de la Universidad Autónoma de
Querétaro y miembro del SNI.
—A lo mejor está debajo de la alfombra.
—A lo mejor nos mira de adentro del ropero.
—A lo mejor ese color habano es una seña.
—A lo mejor ese pez colorado es guerrillero.
—Yo juro haberlo visto de gato en azoteas.
[…]
—Ese lío en Bolivia es cosa suya.
—Y esos ladridos en la noche no son perros.
—Y esa sombra que pasa, ¿por qué pasa?
—Y no me gustan nada esos berridos junto al
pecho.
—A lo mejor está en la pampa y es graznido.
—A lo mejor está en la calle y es el viento.
—A los mejor es una fi ebre que no cura.
—A lo mejor es rebelión y está viniendo.
“Che”, HUMBERTO CONSTANTINI
Es innegable que de todas las figuras revolucionarias de los últimos tiempos, la de Ernesto Che Guevara ha sido una de las que más se han expandido,
incluso mitificándose en un nivel que trasciende tanto
las fronteras de Argentina como las latinoamericanas,
volviendo a su dueño un icono-paladín internacional
de las causas justas. Es curioso que ese mito, fundado
en una historia tanto personal como social sin claudicaciones, no se haya extendido ni haya sido avalado en la
Argentina como en el resto del mundo; aun cuando se inicia en el propio país y comparte características con
otros mitos locales: con Eva Perón, la preocupación por
los desclasados, por los parias de la historia (aunque
desde una práctica y una interpretación absolutamente
diversa), y también con ella, como con Carlos Gardel,
comparte la muerte en edad temprana, que tan salvífica es ante la crítica histórica y tan oportuna para apuntalar la veneración casi legendaria.
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Alejandro Magallanes |
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La imagen del Che Guevara es una figura desvaída en la Argentina, una imagen vaciada de peso
político más allá de la nostalgia de algún póster descolorido en algún devastado centro de estudiantes de
izquierda en las facultades vinculadas a lo humanístico en universidades estatales –Ciencias Sociales o
Filosofía y Letras–, y a la que la política –ya la oficial
cuanto la marginal– jamás ha retornado luego de la
traumática derrota de las mesiánicas organizaciones
guerrilleras locales. No comparte la asiduidad con la
que se retorna, aún hoy, al mito de Eva Perón desde
las esferas oficiales. Por ello, a los argentinos suele
sorprendernos esa búsqueda del Che que deja sus
huellas en algún film de Federico Fellini, como, asimismo, en los más próximos hitos norteamericanos:
tanto Evita narrada por el Che en la cinematografía
más o menos reciente, como el boom del texto de Patrick Symmes1
en el mundo académico norteamericano, dedicado a los estudios de Latinoamérica. Y más allá de los profesores residentes allí, pero de origen
latinoamericano: Chasing Che: a motorcycle journey in
search of the Guevara Legend (Vintage Books, New York,
2000), cuyo viaje fundante se reedita en el film Diarios de motocicleta.
Entre estos puntos tan distantes y de difícil identificación para un argentino, se construye nuestra íntima
imagen del Che, en la que la mediación ficcionalizadora –y materializadora al mismo tiempo– que hiciera
Cortázar, puso a mi generación –dolorosamente intermedia– frente al honesto heroísmo de Guevara, a través de las lecturas clandestinas de textos prohibidos
durante los años dictatoriales, pero es conveniente
revisar primero los extremos recientemente enunciados del mito. Uno de los primeros films que trató lateralmente la figura del Che fue Prova d’Orchestra, del
director italiano Federico Fellini, estrenado en 1979.
Si bien la imagen no se explota allí ni en su valor biográfico ni en el histórico, viéndolo es fácil percibir cuáles eran las condiciones
1
Editor contribuyente de Harper´s y Outside magazines. Viajó con
maoístas insurgentes a Nepal, visitó los principales grupos guerrilleros en Colombia y describió las bandas de narcotráfico en Brasil. Recientemente ha publicado The Boys from Dolores: Fidel Castro´s
Schoolmates from Revolution to Exile, Pantheon, 2007. (Reeditado en
2008 por Vintage Departures).
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