LA CULTURA DEL DESECHO: LAS “SEGUNDAS”
En numerosos puntos de la ciudad se establecen las
llamadas “segundas”, una especie de mercados o tianguis en los que el proceso de venta-consumo es peculiar. Allí se encuentra de todo: aparatos electrónicos,
muebles de oficina y casa, juguetes, ropa, calzado y un
sinfín de productos que llegan de la ciudad vecina, El
Paso. En estos mercados una característica esencial
son los precios bajos, por lo que son muy concurridos.
CÓDIGOS VERBALES Y ELEMENTOS SIMBÓLICOS EN LA FRONTERA
El horizonte de Ciudad Juárez-El Paso es propicio
para una mirada profunda desde los Estudios Culturales, ya que allí convergen distintos grupos que
interactúan en los espacios laborales locales. Aquí
coinciden el sur y el norte del país; la construcción
de la “otredad” toma lugar y los imaginarios sociales
se corporizan en las artes de hacer y de habitar en la
comunicación, la relación con el entorno, el lenguaje
y los códigos. De allí que, para sentir más cercano este
territorio, menciono algunas palabras de uso diario
que toman sentido específico en la frontera Ciudad
Juárez-El Paso, que responden a lo binacional, al constante ir y venir, al hecho cotidiano de cruzar la línea,
a su ubicación geográfica particular. Figuran así los siguientes códigos: los chavalos, los malandros, los cholos,
echar el chal (platicar), ser compa (amigo), las ruteras, la troca, la party, el pisto, las birrias, los gabachos,
el narco, el cuerno de chivo, etc. Cabe también mencionar algunos de los elementos simbólicos que definen y constituyen cualquier zona fronteriza: el dólar, el sueño americano, el consulado, la visa, la aduana, la
deportación y la migra, entre otros.
UN CONTEXTO BINACIONAL: CIUDAD JUÁREZ-EL PASO
Ingresemos ahora al campo de los entramados sociales, propiamente dichos. En Juárez, los temas centrales
son los de la inseguridad pública, la delincuencia, la
militarización de los cuerpos policiacos, el narcotráfico, la reestructuración de los contratos laborales y
el declive de la industria maquiladora, la migración
internacional hacia la ciudad vecina, los feminicidios,
las desapariciones y la cultura del miedo. Una agenda que implica otros temas, como son el desempleo,
la pobreza, las reconfiguraciones familiares, el abuso
del poder y la violación de los derechos humanos. Recorrer las arterias de Juárez hoy en día significa estar
frente a miles de soldados, mandos militares y policías;
también observar los carteles que inundan las avenidas de la ciudad de la llamada campaña “Amor por
Juárez”, representada por un corazón y una mano que
la atraviesa, y cuyas leyendas son muchas: “Juárez por
la Paz”, “Juárez, la puerta al migrante”, “Juárez, por la
familia”, “Un Juárez sin violencia”… frases que hacen
un llamado a inyectar amor por Juárez y a la búsqueda
del tejido social en la sociedad fronteriza. Desde este
marco, se da cuenta de esta complejidad social que, en
muchas ocasiones desde el silencio, manifiesta la impotencia frente a las autoridades y represión policial;
pero también representa la lucha de organizaciones
civiles, de la población trabajadora con bajos salarios
y de los migrantes. De allí, que sea difícil ilustrar de manera piramidal los elementos que entretejen el
cuerpo social de la frontera Ciudad Juárez-El Paso.
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Thanu Juárez: Motion |
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MIGRACIÓN FRONTERIZA E INTERNACIONAL. EL CASO
DE LA MAQUILA. “IRSE AL NORTE, PA’ LUEGO, CRUZAR AL OTRO LADO”
En este espacio binacional la maquila encuentra una
serie de “ventajas comparativas” que derivan principalmente de la ubicación geográfica, la cual facilita
el paso de mercancías a los Estados Unidos. A esto se
suma la flexibilidad de las leyes laborales y ambientales mexicanas, además de menores cargas impositivas
por parte del gobierno y ciertos privilegios en materia
fiscal que se conceden a las empresas exportadoras.
En la frontera la maquila representa un modelo
de trabajo encadenado, feminizado y con pies hacia
la mundialización fordista; en ella también se encuentran los corredores industriales dedicados a la fabricación textil, al ensamble, a la manufactura de piezas eléctricas y electrónicas, de equipo de automóviles,
entre otras.
El fenómeno migratorio hacia Ciudad Juárez se inició en gran escala desde los años cincuenta, cuando se
observa un crecimiento manufacturero sin precedentes
en la ciudad. Esto representó un polo de atracción para
la población del sur, principalmente de los estados de
Veracruz, Durango, la llamada Comarca Lagunera, y
del mismo estado de Chihuahua. Estos flujos laborales
forman el cuerpo obrero de la industria maquiladora
de exportación y estas empresas forman una especie de
ghettos alrededor de las corporaciones transnacionales.
Cabe mencionar que como parte de los imaginarios
y de las representaciones sociales que configuran el
proceso migratorio, también se piensa en “la frontera”
como lugar de paso hacia los Estados Unidos, al “sueño
americano”. En este sentido, Juárez no sólo representa
un destino: también figura como punto de cruce. De
allí el éxodo de migrantes hacia el país vecino, personas que trabajan por la mañana en la maquila y por la
tarde o noche cruzan legal o ilegalmente a El Paso para
realizar otra actividad económica.
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