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Martes 8 de Abril de 2025
Universidad Veracruzana
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Entrevista al doctor Antonio Lazcano Araujo Medalla al Mérito
Universidad Veracruzana

Germán Martínez Aceves

Sencillo, muy activo, pensando con gran rapidez, el doctor Antonio Lazcano Araujo (México, 1950) apenas llega de Roma en donde estuvo revisando la biblioteca del Vaticano y sus joyas de libros resguardados por siglos en los que se registran los conocimientos acumulados de botánica, arregla asuntos pendientes y se prepara para salir a un congreso a Australia. En un respiro se sienta para atender la entrevista en su estrecho cubículo de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, escuela de la cual es egresado en todos sus niveles académicos.

El doctor en Ciencias da la confianza inmediata para entablar una plática. Con la naturalidad, simpatía y bonhomía que se puede leer en su libro Alexander I Oparin. La Chispa de la Vida, de esa manera responde las preguntas el científico mexicano más connotado que se la pasa buscando las huellas que nos expliquen el origen de la vida.

doctor 
Antonio Lazcano Araujo

GMA: Nos da mucho gusto estar con usted, que recibirá la Medalla al Mérito Universidad Veracruzana en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario. Es el año del bicentenario del natalicio de Charles Darwin y de los 150 años de la publicación de El origen de las especies. Por tal motivo, usted, como uno de los principales evolucionistas en el país, recibirá dicha medalla. Claro que sé que es una pregunta obvia pero ¿qué signifca para usted Darwin?

AL: Para mí Darwin signifca una fgura absolutamente tutelar en muchos sentidos. Supe de las ideas de la evolución y de Darwin desde que era un estudiante de primaria en los Estados Unidos. Me tocó un momento espléndido en donde habían volcado recursos en educación y ciencias en muchos niveles. Luego me vine a vivir a México y aunque aquí hay una sociedad predominantemente católica, la gente no tiene ningún problema con la teoría de la evolución. Entonces, Darwin para mí signi- fca un espíritu tutelar, una especie de numen, como decían los romanos antiguos, al lado del cual uno se desarrolla.

GMA: A pesar de que la obra de Darwin es muy importante para la difusión y el avance del conocimiento, sólo se sabe de él en la escuela y no en la vida cotidiana...

AL: Es algo que a mí me preocupa mucho, porque la gente a veces tiene la impresión de que el darwinismo tiene que ver con el hombre de las cavernas que nunca existió o con el fn de los dinosaurios. Eso es parte del proceso evolutivo. Ahora que acabamos de tener la pandemia del virus de la infuenza, que se hizo muy visible aquí en México, lo que atestiguamos precisamente fue ese proceso de evolución como parte de una serie de eventos de una circunstancia absolutamente cotidiana. Hay algo que es importante hacer notar. Por ejemplo, aquí uno puede ir a cualquier farmacia y sin necesidad de receta médica comprar antibióticos para una infección estomacal, o de la piel o de los ojos; el farmacéutico, que no precisamente es un profesional, le receta a uno algo; nunca cumple el protocolo para el consumo de antibióticos. El resultado es que tenemos ahora un problema nacional e internacional gravísimo de resistencia de bacterias y hongos a los antibióticos. Eso es el proceso de evolución, precisamente.

GMA: Cuando nuestra vida se desarrolla, creemos en ideas o cosas extrañas y no pensamos en nuestra evolución. En ese sentido, Darwin hizo un análisis muy importante para llegar a otras conclusiones.

AL: Absolutamente. De hecho Darwin da un golpe brutal a la vanidad antropocéntrica de la cultura occidental que se manejó durante muchos siglos. Todos reconocemos el papel de Copérnico, de Galileo, de Newton en una visión mecánica egocéntrica cuantitativa del universo, pero la verdad, hay una revolución verdaderamente extraordinaria en la cual los biólogos no sólo podemos explicar y describir la diversidad biológica sino que también podemos ubicarnos nosotros dentro de ese proceso. Nos asomamos, gracias a Darwin, a los procesos biológicos que defnen a la naturaleza humana. Yo creo que es una revolución conceptual extraordinaria.

GMA: Es un proceso en la historia de la humanidad. Digamos que de pronto surge un personaje y a alguien le toca hacer ese papel. Darwin acepta ir en el Beagle, navega, empieza a descu- brir, analiza, se pregunta el porqué de las cosas. No cualquiera podía haberlo hecho. Entonces Darwin se convierte en un personaje muy importante..

AL: Pero además hay una serie de componentes que es necesario mencionar: Darwin era un pésimo estudiante. Sabemos que le interesaba mucho la ciencia. Tenemos un recuento espléndido de su vida porque él era muy meticuloso. Sabemos por ejemplo que de niño le encantaba estar afuera, en el campo; le gustaba hacer experimentos de química, pero era un pésimo estudiante. Tenía el peso nada trivial de haber perdido a su madre cuando era un muchachito; su padre era muy impositivo y le costaba trabajo expresar el amor tan grande que tenía para sus hijos. Darwin venía de una familia, tanto materna como paterna, extraordinariamente preocupada por la cultura con una visión burguesa de la sociedad en donde había una crítica implícita a los valores de la vieja aristocracia inglesa. Sabemos que él crece con la idea de la igualdad entre los seres humanos, que era una idea completamente revolucionaria.
Lo mandan a estudiar Medicina a la Universidad de Edimburgo y resulta un fracaso absoluto como estudiante. Pero estuvo en una universidad —y eso es importante señalarlo— en donde había una circulación libre de ideas muy radicales para la época. El mejor Museo de Historia Natural de la época estaba en la Universidad de Edimburgo. Así es que Darwin salió de esa universidad con un bagaje intelectual maravilloso.
Luego lo invitan a la travesía en el Beagle y un tío convence al padre de Darwin de que lo deje ir. El viaje es extraordinario. La primera noche no puede estar en el barco, siente que la nave apesta, se marea, quiere vomitar, se encierra en el camarote en donde estaba y resulta que el buque… ¡aún no soltaba amarras, estaba atado al muelle de Plymouth! Tenía todos los elementos para fracasar pero era, como dice un amigo mío, un revolucionario renuente.

GMA: Su contexto es precisamente de revolución. Hay una crisis del pensamiento católico-cristiano; Inglaterra tenía su horizonte hacia los Estados Unidos; había una revolución industrial muy importante. ¿Todo eso ayuda al pensamiento de Darwin?

AL: Sí, además hay algo muy importante en que insisten los historiadores de la ciencia. Uno piensa que Darwin se presenta en el origen del pensamiento evolutivo, pero, en rigor, los primeros que hablan de evolución son los astrónomos y los flósofos: Kant y Laplace proponen un modelo donde el sistema solar se origina a partir de una nube de gas que se condensa; luego tenemos a Lamark, que en 1809 publica un libro maravilloso, La flosofía zoológica, que es como el acta de bautismo de Darwin porque nace en ese año; tenemos a los físicos que hablan de la evolución de un sistema que está termodinámicamente aislado; tenemos a Spencer que habla de la evolución de las lenguas; a Marx y Engels que hablan de la evolución de los medios de producción; a Malthus que habla de la evolución de las poblaciones. Entonces, si algo caracteriza al pensamiento decimonónico es precisamente esta idea heredada de la Ilustración de que todo está cambiando, y Darwin, en ese sentido, no es el que origina la visión evolutiva de la naturaleza, sino el que la culmina.

GMA: De hecho ya había otros estudios más, como el de Wallace, y Darwin tiene que adelantarse para publicar algo que no quería dar a conocer todavía.

AL: Eso es fascinante porque refeja cómo atrás de cada científco hay ese componente personal que tiene que tener en cuenta. Darwin escribe en sus notas que confesar que las especies cambian es como confesar un crimen horrendo. Él tenía miedo de ofender a su mujer, a la que lo unió un amor extraordinario, porque ella era extremadamente creyente, tan es así que hay una carta conmovedora que ella le escribe donde le dice que teme que, si sus ideas son ciertas, no estarán juntos en la eternidad. Darwin dobló esa carta y la trajo consigo en su chaleco por muchos años. Es obvio que la vio, la guardó y la desdobló muchas veces; al fnal escribió una nota que es muy conmovedora, donde dice: “algún día sabrás, querida Emma, cuántas veces he leído esta carta y cuántas veces he llorado sobre ella”. Ese es otro Darwin que también es muy interesante conocer.

GMA: Era muy difícil en ese momento hacer a un lado la ideología religiosa del origen del hombre, pero creo que Darwin no quería destruir las ideas de la religión cristiana, sino dar a conocer su descubrimiento.

AL: Absolutamente. Darwin era probablemente creyente anglicano; todo indica que sí. Sabemos que llevaba una Biblia y la leía con frecuencia cuando estaba en el Beagle. Estuvo en una universidad donde un profesor tenía que estar ordenado para dar clases. Es algo que a la gente se le escapa; estamos hablando de la Inglaterra del siglo xix. Darwin se va haciendo paulatinamente agnóstico; hay cartas donde dice claramente: yo no puedo creer en un Dios que es capaz de conducir al inferno a gente tan buena como mi hermano o mi padre. Cuando muere una de sus hijas por enfermedad tiene un dolor tan aterrador que reconoce que es el golpe más fuerte que se ha llevado en sus creencias. Pero al mismo tiempo encuentro conmovedor el respeto que tuvo para guardar para sí ese escepticismo que luego convierte en un agnosticismo para no ofender a su mujer y a su familia. Uno tiene el derecho a asumir las creencias religiosas que quiera, y si cree en un Dios creador y al mismo tiempo ve que está la selección natural, tiene derecho a tener sus confictos internos.

 
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José Luis Rivas Vélez fue designado Premio Nacional de Ciencia y Artes 2009 que obtuvo en el área de Lingüística y Literatura junto con Carlos Montemayor y Hugo Hiriart.
El maestro Rivas también es traductor, editor y fungió como director de la Editorial de la UV durante 14 años. Ha escrito Tierra nativa (1982), La transparencia del deseo (1986), Luz de mar abierto (1992), Ante un cálido norte (poesía reunida 1993-2003) y Un navío, un amor (2005); fue ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1986) y también del Xavier Villaurrutia en 1990. Recientemente la Editorial de la UV
Entre los galardonados se encuentre también la doctora Blanca Jiménez Cisneros, en el área de Tecnología y Diseño y Arturo Márquez en el área de Bellas Artes, ambos han sido homenajeados en la Feria Internacional del Libro Universitario.

Hernán Lara Zavala obtuvo el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska que se entrega en el marco de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México por su obra Península, península. El jurado estuvo integrado por la escritora catalana Rosa Regás, el novelista mexicano Alberto Ruy Sánchez y el escritor mexicano Álvaro Uribe quien decidió otorgar el galardón de manera unánime. El premio está dotado de 500 mil pesos y lo recibió de manos del Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
Felicitamos a nuestro buen amigo Hernán Lara Zavala, quien fue jurado del Premio Latinoamericano a Primera Novela Sergio Galindo en su primera versión. Próximamente saldrá un libro de su autoría bajo el sello de la Editorial de la UV.

De nueva cuenta la Editorial de la UV tendrá una participación destacada en la FIL de Guadalajara con tres presentaciones de libros y un stand en el área de las editoriales de instituciones de educación superior. La fiesta del libro más importante de América Latina se realizará del 27 de noviembre al 6 de diciembre y tendrá como ciudad invitada a Los Ángeles, California con la literatura y amplia cultura de esa zona multicultural.
La Editorial de la UV dará a conocer la colección Narrativa de Sergio Galindo, que recopilará las obras del escritor xalapeño. La recopilación iniciará con La comparsa y Declive y serán presentadas por José Luis Martínez Morales, Godofredo Olivares, Víctor Hugo Vásquez Rentería y Agustín del Moral Tejeda. La presentación será el sábado 28 de noviembre a las 18:00 horas en el Salón Alfredo R. Placencia.
El domingo 29 de noviembre a las 12:00 horas, en el mismo lugar se presentará Y así por el estilo, de Joseph Brodsky, obra traducida por José Luis Rivas. Los comentarios estarán a cargo de Ramón Aguirre, Agustín del Moral Tejeda y el propio ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009.
El lunes 30 de noviembre se presentarán los títulos recientes de la colección Sergio Pitol traductor con los comentarios de Darío Jaramillo, Rodolfo Mendoza y el maestro Pitol. La actividad se desarrollará a las 19:30 horas en el Salón Antonio Alatorre.

Herta Müller, escritora alemana nacida en Rumania, fue ganadora del premio Nobel de Literatura 2009. Desde comienzos de los 90 y con la traducción de sus obras a más de 20 idiomas, Müller se ha consolidado como una de las autoras más importantes del panorama literario internacional.
Nació el 17 de agosto de 1954 en Nitzkydorf, en el distrito rumano de Temeshwar. Debido a la censura en la publicación de su primer libro y al espionaje a la que fue sometida, Müller abandonó su patria en 1987 y se instaló en Berlín occidental. Tres años antes se había publicado ya en occidente su colección de relatos En tierras bajas (Niederungen)

Cinco meses después de su publicación en inglés, salió a la venta en español la única biografía "tolerada" del Gabo: Gabriel García Márquez: una vida, escrita por el británico Gerald Martin.
El trabajo de Martin reúne más de 300 entrevistas -entre familiares, políticos como Fidel Castro o Felipe González y escritores como Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes- y encuentros con García Márquez a lo largo de casi dos décadas.
Los funerales de la Mamá Grande fue el primer libro de García Márquez editado en México y se dio a conocer a través de la Editorial de la UV.

El 12 de noviembre es el Día Nacional del Libro. La celebración se instauró por decreto presidencial en 1979 para conmemorar el nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz acaecido en 1651 y con el propósito de divulgar el libro y la lectura en el país.