Patricia
Pavón-León M.C., M.A.S.S.(1)
Ma. del Carmen Gogeascoechea-Trejo M.C. M.A.S.S.(1)
(1) Instituto de Ciencias de la Salud. Universidad Veracruzana.
Xalapa, Ver.
RESUMEN
Este artículo es una reflexión acerca de la importancia que representa la administración en salud. La administración posee herramientas que, aplicadas al ramo de los sistemas de salud, pueden ayudar a éstos a desarrollar una visión de conjunto del sistema, optimizando recursos humanos, técnicos y financieros, para poder llevar a las instituciones de salud a un estado de crecimiento y eficiencia. Frecuentemente, los médicos destacados en su especialidad son llamados a administrar en los distintos niveles jerárquicos del sistema de salud, careciendo las más de las veces de experiencia y preparación específica en administración. Por otro lado, también encontramos directivos que son expertos en administración, pero que desconocen los problemas de salud. Finalmente se destaca la necesidad de dar capacitación administrativa al médico, ya que la razón de ser de las instituciones que conforman el sistema de salud es precisamente el servicio a esta última, por lo que las decisiones importantes deben ser tomadas por médicos.
ABSTRACT
This article is a reflection about the importance of administration in health systems. Administration has tools, which applied to the health systems branch could help develop an overall vision of the systems, optimizing human, technical and financial resources, to be able to lead health institutions to a growth and efficiency situation. Very frequently, distinguished different medical specialists are put in charge of administering in different hierarchical levels of health institutions, often lacking experience an specific formation on administration expert in the leadership who do not know anything about health problems. Finally the necessity of giving administrative training is pointed out, since the main goal of the health systems institutions is in fact giving health service, so important decisions must be taken by doctors.
En todos los países
del continente se aprecia una mayor demanda de la población
para recibir servicios de salud. Este fenómeno
no es nuevo pero, conforme el tiempo pasa, el incremento
se hace evidente, tanto en volumen como en complejidad,
representando un reto constante para las instituciones,
y en especial para los gobiernos, que cada vez más
se constituyen en los responsables de la salud de la
comunidad.1
Un sistema de salud se establece para satisfacer una
función social manifestada por necesidades y
demandas de servicios de salud. Los sistemas de salud
son una interrelación de recursos, finanzas,
organización y administración que culminan
en el suministro de servicios de salud a la población.2
Es necesario enmarcar el siguiente concepto: una organización
que otorga servicios de salud es una empresa pública.
Es pública porque sirve a una comunidad, y es
empresa porque debe tener objetivos y metas establecidos
en todos sus niveles, que deben cumplirse con economía
y eficiencia.3
Los sistemas de salud y sus subsistemas (clínicas,
hospitales, unidades médicas, etcétera)
deben contar con una administración eficiente,
con el objeto de poder cumplir las metas que contemplen
sus diferentes programas de salud, y con ello dar respuesta
a las necesidades que la sociedad les demande.1-7
El desafío de los sistemas de salud en nuestro
tiempo, consiste en desarrollar capacidades administrativas
en las personas encargadas de dirigirlos. En todo país
en vías de desarrollo y en el nuestro, es imperativa
la meta de resolver los problemas humanos que tiendan
al mejor aprovechamiento de los recursos siempre limitados.
Para lograrlo, se han implementado diversas políticas
y procedimientos acordes con la evolución de
los conceptos y las técnicas de la administración.
La administración en salud no podía escapar
a esa corriente, ya que con ella se propicia un desarrollo
adecuado de la operación, a fin de alcanzar resultados
óptimos en la prestación de los servicios.
En la actualidad, la administración en los sistemas
de salud requiere un conjunto de conocimientos, habilidades
y técnicas con base en un equilibrio armónico
que proporcione la preparación suficiente al
directivo y le permita llevar a cabo una secuencia de
acciones para alcanzar objetivos determinados en la
solución de problemas prioritarios. Un administrador
en salud debe tener una visión holística
e integral del sistema; por ello, su visión y
quehacer rebasa la administración de una clínica,
hospital, unidad médica o centro de salud; debe
ser capaz del diseño (planeación), desarrollo
(operación), sistematización (orden y
registro), evaluación y retroalimentación
(análisis y reorientación de acciones
y metas) de los planes y programas de trabajo de los
mismos.
Tanto a nivel federal como estatal, debido a una necesidad
inherente al conocimiento del campo de la salud, los
puestos administrativos de más alta jerarquía
dentro del sistema de salud son ocupados por personal
médico o de áreas afines, lo que indica
que la toma de decisiones administrativas se centra
en profesionales cuyo perfil es ajeno a esta área.
El personal directivo no tiene una idea definida de
cuál es su función y qué se espera
de su trabajo; en consecuencia, tiene como idea central
el deseo de ascender en la escala jerárquica
sin capacitarse, centrado sólo en la imagen y
el prestigio, o simplemente la autoridad, ya que es
el modelo o el ejemplo que ha tenido durante mucho tiempo,
por lo que el resultado es siempre el mismo: duplicación
de actividades, incapacidad de satisfacer las necesidades
y la conciencia de haber obtenido sólo resultados
modestos; al mismo tiempo se dan cuenta que son inseguros
al tomar decisiones administrativas, las cuales sólo
las efectúan por intuición o por crisis
que los lleva a la frustración, y posteriormente,
terminan en agresiones externas o internas, con lo cual
se divide aún más el sistema.1,2
Al respecto existe una controversia sobre quién
debe administrar los servicios de salud. Paradójicamente
se afirma que el médico no está calificado
para administrar, aunque se dice que es conveniente
que un médico administre establecimientos de
salud porque se ganará más fácilmente
la confianza, el respeto y la cooperación de
todo el personal, por lo que estará en mejores
condiciones de tomar decisiones. Por otra parte, se
dice que los profesionales no médicos con preparación
específica en administración de la atención
de la salud tienen destacadas actuaciones al tener a
su cargo hospitales y clínicas, situación
que es común en otros países.1-6
Se puede comentar mucho sobre esta controversia, pero
es innegable que una persona que puede conciliar ambas
posturas e intereses es el médico-administrador
con preparación específica en administración,
ya que la razón de ser de las instituciones que
conforman el sistema de salud es precisamente el servicio
a la salud, por lo que las decisiones importantes deben
ser tomadas por médicos.
Asimismo, se hace cada vez más evidente la necesidad
de que la función directiva en las organizaciones
de atención a la salud no sea asignada a quienes
no cumplan con la formación correspondiente en
administración en salud, sino que la selección
del personal directivo se lleve a cabo de forma adecuada
por competencias y no bajo el esquema de amistad y compadrazgo,
aunque el candidato demuestre sentido común y
deseos de asumir el puesto pero desconozca lo más
elemental para ejercer estas posiciones de manera profesional.
Cuando se administran los recursos de una institución
de salud, no puede hacerse en forma intuitiva; la responsabilidad
moral y legal es muy grande y para desempeñarla
bien es necesario prepararse. No puede negarse que los
resultados serán mejores entre mayor sea la preparación,
los conocimientos y la experiencia en medicina y en
administración.
La obligación del directivo de la atención
de la salud es que en sus instituciones se presten servicios
oportunos al menor costo y de la mejor calidad posible,
considerando al paciente como individuo, como integrante
de una familia y como miembro de la sociedad. Por lo
tanto, el propósito de los directivos del sistema
de salud es lograr que las actividades y funciones de
sus organismos (institutos, hospitales, clínicas,
centros de rehabilitación, departamentos, programas,
proyectos) se racionalicen y se cumplan las funciones
de promoción de la salud, prevención de
enfermedades, curación de padecimientos y rehabilitación
de invalidez, así como las de educación
e investigación, y que estas funciones se logren
con eficiencia.
Las demandas de formación en administración
en salud en México conforman un desafío,
para lo cual es necesario incorporar formas tradicionales
e innovadoras de educación, que permitan dar
una completa respuesta a sus múltiples facetas.
La formación de profesionales de la administración
de sistemas de salud se ha visto ante dos retos fundamentales;
por una parte la necesidad de profesionalizar el trabajo
de los directivos de los servicios de salud, y por otra,
la dificultad de entrenar a todos los directivos que
se encuentran actualmente realizando actividades en
las organizaciones de atención a la salud. Para
estos últimos, debido a las responsabilidades
que tienen en sus instituciones, es difícil asistir
a los centros formadores de tiempo completo, por lo
que una opción sería la educación
a distancia.
No importando la manera en que se realice la formación
de los directivos, que puede ser de forma tradicional
con los posgrados de tiempo completo en las aulas y
con la educación a distancia, el objetivo final
es el mismo, la formación de profesionales versátiles
con conocimientos, habilidades y destrezas necesarias,
para poder consolidarse como líderes efectivos
en sus ámbitos o áreas de influencia.
Por otro lado, las escuelas de medicina deben incorporar
en sus planes de estudios la materia de administración
en forma permanente y aprovechar en su enseñanza
la experiencia de los directivos de los servicios de
salud con el fin de que no haya un divorcio entre la
realidad y la teoría, entre las instituciones
de atención a la salud y las universidades.
Sólo una correcta administración en las
organizaciones de salud permitirá optimizar los
recursos disponibles para que con ello se pueda ofrecer
una atención más eficiente y eficaz a
todos los usuarios.
La administración no es una panacea que vaya
a resolver todos los problemas, pero si permitirá
formar un orden operante en la mente del directivo y
vincularlo a un proceso, el de la administración,
creando una estructura analítica de marcada utilidad
en la práctica diaria.
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