Un
gran hombre,
Dr. Pedro Octavio Coronel Pérez
Dr. Guillermo Rodríguez Magaña
Nació en Xalapa,
Veracruz, el 16 de septiembre de 1925. Transcurrió
su infancia y adolescencia en esta ciudad. Cursó
sus estudios profesionales en la Facultad de Medicina
de la Universidad Autónoma de México y
se graduó el 19 de agosto del año 1949.
Realizó su servicio social en la localidad de
Atoyac, Veracruz.
Al obtener su título profesional como médico
cirujano, cursó la especialidad en Gineco-Obstetricia
en la División de Posgrado del Instituto Mexicano
del Seguro Social, y se graduó como especialista
en 1965.
Al regresar a Xalapa, llevó a cabo su práctica
de especialidad en la clínica número 11
del IMSS y en su consultorio particular. Es justo mencionar
que fue de los primeros o el primer ginecólogo
enviado por el IMSS a entrenarse en Laparoscopia Ginecológica
en el Centro Médico Nacional, cuando no se tenía
conocimiento de este procedimiento en la especialidad.
Su inquietud por proyectarse en otras actividades lo
llevó a incursionar en la política y llegó
a ser electo presidente municipal de esta ciudad capital
en el trienio 1970-1973.
La actividad profesional la combinó con la docencia
en la Universidad Veracruzana, comenzando como académico
en la Facultad de Enfermería durante cuatro años,
y al fundarse la Facultad de Medicina, ingresó
a la cátedra de Ginecología y Obstetricia,
donde permaneció el resto de su vida, ya que
se jubiló cuatro meses antes de su fallecimiento,
debido a las limitaciones físicas; ya no se desempeñaba
adecuadamente, a pesar de que su lucidez era evidente.
Combinó su actividad profesional y docente con
actividades en el campo de la salud, y fue nombrado
subdirector de Asistencia Pública en 1980, con
el objetivo de desempeñar el cargo durante dos
años. Posteriormente, es nombrado director de
la Unidad de Ciencias de la Salud en la Universidad
Veracruzana, campus Xalapa, de 1983 a 1986.
Fue parte del equipo de campaña a la gubernatura
del C. Fernando Gutiérrez Barrios, pero, conociendo
de primera mano las necesidades de salud del pueblo
veracruzano, al ser electo gobernador del Estado, el
señor Gutiérrez Barrios lo nombró
secretario de Salud, cargo que desempeñó
de 1986 a 1988. El doctor Coronel proyectó el
edificio de un hospital para sustituir el edificio del
Hospital Civil Dr. Luis F. Nachón, pero no pudo
cristalizar este anhelo debido a que el C. Gobernador
fue nombrado secretario de Gobernación a nivel
federal.
El doctor Coronel fue designado director del Instituto
de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana
por el señor rector en 1990, y fue nombrado investigador
titular a partir de 1990 hasta el 2005. Posteriormente,
recibió el nombramiento de director del área
de Ciencias de la Salud.
La Universidad Veracruzana lo distinguió con
el nombramiento de maestro decano del 2000 al 2003.
El Cabildo del Ayuntamiento de la ciudad de Xalapa,
el año pasado, le dio un reconocimiento por su
fecunda labor profesional y administrativa, contando
con la presencia del señor gobernador Lic. Fidel
Herrera Beltrán, y siendo acompañado por
su familia, amistades, alumnos y pacientes.
Su permanente inquietud como hombre y maestro, con el
deseo de transmitir su experiencia, lo llevó
a ser autor de publicaciones que enriquecieron el saber
universitario en su especialidad, produciendo seis libros
en las materias de gineco-obstetricia, endocrinología
ginecológica y oncología ginecológica.
Debido a problemas físicos que limitaron su actividad
como maestro, se jubiló de la Universidad Veracruzana
en el 2005 después de más de 30 años
de servicio.
Por lo anterior descrito, pienso, igual que muchos de
mis compañeros académicos, que las autoridades
de la Universidad Veracruzana y la Facultad de Medicina
le deben rendir un homenaje al doctor Pedro Coronel
Pérez en la Unidad de Ciencias de la Salud de
esta ciudad capital. Mi sentir es que los homenajes
deben ser en vida, pero a pesar de haber fallecido,
no debe posponerse este merecido reconocimiento.
AL GRAN HOMBRE, MAESTRO Y AMIGO INCONDICIONAL. SU VIDA
SEA EJEMPLO PARA FUTURAS GENERACIONES.
DESCANSE EN PAZ